Resumen de Sede de las Delegaciones Territoriales de “Les Terres de l’Ebre”
Las geometrías que presiden la formalización de las alineaciones de este proyecto, más allá de un juego volumétrico, son el resultado de una decidida voluntad en su particular estrategia de encaje urbano.
Este proyecto, situado en el centro de un casco urbano antiguo y compacto en el que los edificios históricos se alinean a las fachadas de las calles, no ha querido romper este ritmo, por lo que se ha decidido mantener su alineación a la calle principal.
La formalización del edificio, con las inclinaciones de sus fachadas, responde a la voluntad de crear tres plazas bien articuladas en lugar de una gran plaza que, teniendo en cuenta el carácter del barrio, no se considera una opción oportuna, dado el escaso valor arquitectónico de las edificaciones adyacentes.
El proyecto proporciona un aspecto de solidez que trasmite su naturaleza de edificio público representativo, situando un bloque macizo, en el que las ventanas aparecen como recortes, en el centro de la parcela, lo que permite articular tres espacios públicos de diferentes lecturas. El primero, ámbito de entrada y considerado como el espacio público principal, viene definido por la fachada que se alinea a la calle Montcada, elevando su extremo en voladizo con el objetivo de crear el acceso a una plaza soleada. Una gran jardinera enterrada favorece el crecimiento de árboles de gran tamaño, que dan sombra a la plaza y a las zonas de trabajo a la vez que marcan el acceso principal al edificio. El segundo espacio público se entiende como una pequeña plaza de carácter más doméstico en la que, gracias a la topografía, se han podido plantar árboles sin problemas, simplemente reforzando la estructura del aparcamiento. El último espacio es una pequeña plaza que recoge la circulación que proviene del antiguo edificio administrativo hacia la nueva sede del gobierno de las Tierras del Ebro. Las dos plazas de acceso quedan conectadas a través del vestíbulo del edificio.
Se establecen dos tipos de fachadas: una con pequeños huecos y la otra con grandes ventanales. Esta última corresponde a la zona de trabajo, dotada de grandes salas encaradas hacia la tranquilidad de las plazas, mientras que la fachada de pequeñas ventanas corresponde a despachos de menores dimensiones.
