En este proyecto, como en tantos otros, los diseñadores consiguen hacer de la necesidad virtud. Apoyándose en un muro de piedra volcánica y en el diseño de tres tipos de marco metálico consiguen idear un espacio atractivo, funcional y sencillo.
En un espacio alargado que conecta de norte a sur una de las calles principales de la ciudad de Olot, con un jardín posterior cargado de encanto y de historia, se ha llevado a cabo el proyecto de esta peluquería.
En un primer momento, y bajo una gruesa capa de yeso, apareció un muro de piedra volcánica que, de esta forma casi anecdótica, se convirtió en el protagonista y guía a lo largo del espacio lineal que conformaba el local. El proyecto debía resolver un programa complejo, formado por piezas cerradas y semicerradas y, además, como estrategia del proyecto, ubicar el espacio principal, la sala de tocadores, como último elemento del recorrido, en relación directa con el jardín.
Con estas premisas y con la voluntad de diseñar un espacio de espíritu diáfano, conectado y continuo se decidió diseñar un módulo constructivo, cuya repetición debería permitir resolver el proyecto en su globalidad. Se trata de un marco metálico tubular de 28x250cm proyectado en tres versiones: desnudo, relleno con cortina de cadenilla metálica y relleno con vidrio negro opaco.
Estos tres grados de transparencia son los que permiten gestionar el grado de intimidad de los espacios que se distribuyen sin perder las relaciones visuales: desde la generación del espacio mediante la simple presencia de los marcos desnudos en la sala de tocadores y de espera, hasta la máxima intimidad del vidrio opaco en la zona de personal y del baño, pasando por el filtro visual de la cadenilla metálica que, a modo de mechón de cabello, ofrece cierto amparo a los clientes.
El módulo constructivo diseñado para el proyecto se ordena según una trama marcada por las juntas del pavimento. Diversos elementos, como la iluminación, los estantes o las instalaciones especiales, se apoyan en esta estructura para encontrar su posición en el espacio. El acero y la madera son los materiales que, jugando entre mechones de pelo y reflejos de piedra antigua, nos transportan hasta un jardín donde el ajetreo de la vida diaria se detiene por unos instantes.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados