En la cultura de Mesoamérica los cultos a la Muerte eran ritos significativos dentro del contexto de esas civilizaciones, en especial en los pueblos aztecas y mayas. Con la llegada de Hernán Cortes a América y posteriormente con la catequización de los nativos de Mesoamérica, la Muerte también ocupó su lugar de importancia. De acuerdo a Olmos, después de la colonización cristiana, la Muerte recibía muchos más pedidos de protección por parte de los fieles que la propia Virgen de Guadalupe; ante este hecho, el icono mórbido fue expulsado de las iglesias con la alegación de que se trataba de una divinidad oriunda de los indígenas y vinculada a la brujería y santería; en otras palabras, la respuesta fue más político-social que propiamente religiosa. Con el paso del tiempo, en los guetos mexicanos el culto al que hoy se llama de la Santa Muerte viene creciendo de forma significativa; consecuentemente, la mayoría de aquellos que rinden culto a esta divinidad son estigmatizados como narcotraficantes, prostitutas, la clase marginalizada en general. Se toma como referencia el relato «La Santa Muerte» (2006), de Homero Aridjis, como medio de un breve análisis, con el propósito de discutir las relaciones entre lo real y el imaginario. Por lo tanto, se esboza en este trabajo un análisis socio-histórico sobre las dimensiones que el culto a la Muerte ha tomado en la contemporaneidad y la construcción de la identidad religiosa en México en un contexto actual, del que se concluye que, a partir de las mezclas de culturas y sus fragmentaciones, hay cultos sincréticos donde, muchas veces, no existen reglas.
In the culture of Meso-Latin America, the cults of Death were significant rites within the context of these civilizations, especially those of the Aztecs and the Mayans. With the arrival of Hernán Cortez in America and later with the Catholic catechization to the natives of Mesoamerica, Death continued to occupy a place of prominence. According to Olmos, after the Christian colonization, Death received many more requests for protection from the faithful than the Virgin of Guadalupe herself; in the face of this, the morbid icon was expelled from the churches on the allegation that it was a divinity originating from the natives and linked to witchcraft; in other words, the contest was more political than religious. Over the years, in the Mexican ghettos, the cult of what is now called la Santa Muerte has grown significantly, and consequently, most of those who worship this deity are stigmatized as drug traffickers, prostitutes, and the marginalized class in general. In view of this, the short story "La Santa Muerte" (2006) by Homer Aridjis is used as a means of analysis with the purpose of discussing the relations between the real and the imaginary. For this, a socio-historical analysis is presented of the dimensions that "The Cult of Death" has taken on in the contemporary world and the construction of religious identity in Mexico in its current context, which concludes that, from the mixtures of cultures and their fragmentations, often, where there are no rules, syncretic cults emerge.
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