Los cines parroquiales se pusieron de moda en los años 50: además de atraer a la gente y alejarla de la Casa – comunista – del pueblo, se decía que el cine era un buen instrumento cultural. ¿En serio, lo es? ¡Capaz de sustituir a la escuela!, se dijo en los años veinte, como hoy de las redes sociales. Pero Milani en sus "Experiencias Pastorales" (1958) pasó revista.
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