Consuelo Izazola Conde, Abraham S. Majluf Cruz, Isabel Reyes Lagunes, Juan José Mandoki, Juan Molina Guarneros
Introducción: El conocimiento insuficiente de los pacientes acerca de los anticoagulantes orales que les han sido prescritos es reconocido como un factor de riesgo para efectos adversos; la educación a los pacientes en TAO puede mejorar la calidad y el control del tratamiento. Una limitación de las intervenciones educativas dirigidas a los pacientes en TAO es la falta de evaluación del conocimiento. Objetivos: Determinar el efecto de una IEI en el conocimiento de pacientes que habían iniciado recientemente TAO, evaluar el conocimiento de los pacientes y analizar algunos factores asociados con su adquisición.
Métodos: En 49 pacientes consecutivos de una clínica de trombosis, que iniciaron o reiniciaron TAO, se evaluó el conocimiento antes de una IEI y por lo menos 4 semanas después con un cuestionario validado. La IEI, cara-a-cara, inició después de responder por primera vez el cuestionario. Resultados: El conocimiento se incrementó alrededor de 50%, el incremento fue mayor en pacientes con más escolaridad. Discusión: La adquisición oportuna del conocimiento sobre TAO en pacientes que los reciben se optimiza mediante una IEI, se debe evaluar el conocimiento adquirido y la instrucción se debe adecuar a las características de los pacientes
Background: Insufficient knowledge of patients about oral anticoagulants that they have been prescribed is recognized as a risk factor for adverse effects. Education of patients under oral anticoagulation may improve quality and control of anticoagulant treatment; limitations of educational interventions include lack of assessment of patients’ knowledge. Our goal was to determine the effect of an individualized educational intervention on knowledge of patients who recently started treatment with oral anticoagulants, to assess patients’ knowledge, and to analyze factors associated with knowledge acquisition.
Methods: In 49 consecutive patients attending a thrombosis clinic who initiated or re-initiated oral anticoagulant treatment, knowledge about the treatment was assessed by means of a validated questionnaire, before an individualized, face-to-face educational intervention, and at least four weeks after. Educational intervention started after the questionnaire had been answered by patients for the first time. Results: Knowledge level increased by about 50%; the improvement was higher in patients with more years in school. Discussion: Timely acquisition of knowledge about oral anticoagulant drugs is optimized with interventions provided earlier during the patients’ treatment. Assessment of knowledge should be performed and instruction should be adapted to patient characteristics such as level of education and availability to receive education.
(Gac Med Mex. 2016;152:327-32) Corresponding author: Juan Molina-Guarneros, jamg@unam.mx
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