En 1925, Jorge Luis Borges publica en Proa una versión de "La última hoja" del libro de James Joyce. No carece de interés -para. quien ha intentado antes la traducción del monólogo final- examinar la versión borgeana;y registrar, a través de la comparación, las particularidades de una lectura singular, una época, un contexto cultural, un también singular sistema de elecciones estéticas y aun personales.Se discurre sobre las ideas de Borges con respecto a la traducción; y se intenta el análisis comparativo entre el texto de Borges, y el que realizáramos en el curso de la investigación "Textualidad e intertextualidad en el Ulysses de Joyce", Enunciamos como parámetros organizativos: omisiones, sustituciones,contextualizaciones y reelaboraciones. Traducir -dar otra forma, en otro lugar, a un texto- resulta un operativode transculturación. El texto de Joyce es otro; tiene diversa identidad en estas regiones. Lo universal aparece desde lo construido formalmente, susceptible de cambios en espacio, tiempo y lengua. De manera lateral, puede concluirse que este problema deviene también el de nuestra literatura, cuyo aprendizaje tanto debe a las obras traducidas.
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