Durante los últimos cuarenta años la democracia española ha transitado- en muchas ocasiones a marchas forzadas y también con algunos amagos de retroceso- por la senda constitucional, ayudando a una completa regeneración de España, desde todas las perspectivas imaginables: política, social económica y cultural y de manera acorde con las democracias más modernas. la Constitución de 1978 supo ofrecer respuestas a algunos de los problemas constantes de nuestro constitucionalismo histórico, como el problema de la forma de gobierno y la disyuntiva "Monarquía vs República", instaurando una Monarquía parlamentaria acorde con el modelo de otras democracias de nuestro entorno. Tradicional y moderna al mismo tiempo, además de respetuosa con el principio democrático
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados