Una de las principales líneas divisorias dentro del debate en torno al problema de la conciencia deja a un lado la postura del separatismo representacionalista y al otro la del inseparatismo. Según la primera, pueden existir estados mentales representacionales en ausencia de conciencia fenoménica y, además, una adecuada teoría naturalista de la representación es necesaria y suficiente para la explicación de la conciencia fenoménica. De acuerdo con la segunda, la conciencia fenoménica es necesaria para la existencia y la explicación de cualquier estado representacional y, de hecho, de cualquier estado mental. Varios argumentos han tratado de ofrecer respaldo a esta tesis inseparatista. Los propuestos por Strawson y Searle compendian la forma de esta clase de argumentos, basados en introducir intuitivamente la conclusión a la que aspiran mediante premisas implícitas. A este problema se suman la inoperancia e inadecuación empírica del inseparatismo y asimismo su falta de verosimilitud filogenética.
One of the main dividing lines within the debate on the problem of consciousness comes between representationalist separatism and phenomenalist inseparatism. According to the former, representational mental states are possible in the absence of phenomenal consciousness, and furthermore, an adequate naturalistic theory of representation is necessary and sufficient for the explanation of phenomenal consciousness. According to the later, phenomenal consciousness is necessary for the existence and the explanation of any representational state and, indeed, of any mental state. Several arguments have tried to offer support to this inseparatist thesis. Those proposed by Galen Strawson and John Searle summarize this kind of argument, which is based on the introduction of implicit premises. In addition to this failure, inseparatism faces the problems of its empirical inoperativeness and inadequacy, as well as its lack of phylogenetic verisimilitude.
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