Pedro Sánchez quería acometer su renovación en tiempo y forma y lo ha conseguido. Una renovación que, para lograr el acuerdo necesario de PSOE y PP, pasa por la presidencia de Manuel Marchena y por una mayoría progresista, decisión menos salomónica de lo que parece. Candidato del PP, el próximo presidente del Consejo General del Poder Judicial se verá obligado a negociar con los vocales propuestos por el Ejecutivo las renovaciones que vienen en las altas magistraturas dominadas ahora por su perfil conservador. Los cambios en el órgano de gobierno de los jueces también traen consigo el relevo al frente del tribunal que juzgará el procés y una nueva incorporación que bloquean la inflamación independentista.
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