Madrid, España
El agua de Caldes de Boí-Tartera (Temperatura 43,2ºC: Residuo seco a 110 ºC 286 mg/l; cloruro 54,8 mg/l; sulfatos 51,3mg/l; sodio 79,6 mg/l; Sulfuro 12,7 mg/l y Radón 73 Bq/l) es utilizada desde el siglo XIX para el tratamiento de afecciones dermatológicas. Desde el año 1990 se está investigando el cultivo a gran escala de algas sulfurareas para el desarrollo de un peloide de aplicación para terapias dermatológicas.
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