La globalización, entre otras cosas, significa aprovechar las ventajas de una mayor eficiencia en el uso de los recursos productivos facilitadas por la intensificación del comercio internacional. En el caso concreto de la agricultura, por una parte están los países mas industrializados que poseen la tecnología y los recursos financieros, pero generalmente no disponen de suficientes recursos naturales, suelo y agua, ni tampoco mano de obra en el sector agrario. Por otra parte, los países menos desarrollados suelen tener recursos ociosos, tanto en lo referente a los recursos naturales como a la mano de obra agraria, pero les falta la tecnología y el capital. De la colaboración entre ambos se pueden generar beneficios que se pueden distribuir en las dos partes y salir ganando ambos y, a largo plazo, el consumidor que puede acceder a la alimentación a precios más asequibles.
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