Nos proponemos rastrear el vínculo nietzscheano que une a Georges Bataille y a Gilles Deleuze mostrando que en sus ontologías el ser se revela como amante y como artista. Desde ahí nos centraremos en dos conceptos clave en ambos autores y que dan lugar a un modo especial de entender el quehacer filosófico: el signo y la herida.
Con ello daremos cuenta de la Filosofía entendida como pensamiento soberano, distinto del pensamiento servil de la representación. Ella se revelará entonces como erosofía, esto es, como un saber ligado al non-savoir y a Eros, presto, así, a tender líneas de fuga
We intend to trace the nietzschean bond between Georges Bataille and Gilles Deleuze showing that in their ontologies being is revealed as a lover and an artist. Considering that we will focus on two key concepts in both authors which also lead to a special way of understanding the philosophical task: the sign and the wound. From this last assumption we will picture Philosophy as the sovereign way of thinking, totally contrary to the servile thinking of representation. It will then arise as erosofía, that is, as a knowledge which is linked to non-savoir and Eros, and so tending to originate lines of flight.
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