Resumen:El Trabajo Social ha sido y es una profesión de mayoría femenina, tanto en su ejercicio como en la recepción de servicios y recursos. La intervención social se convierte así en un escenario en el que desarrollar la perspectiva de género al redefinir la realidad y dar a conocer las desigualdades existentes en la sociedad. Si bien es cierto que la perspectiva de género en la teoría y práctica del Trabajo Social no son comunes, esta profesión, ejercida desde una óptica feminista, establece estrategias transversales que producen un giro epistemológico y un cambio en el paradigma de la acción social.
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