La posverdad es palabra de moda. ¿Sólo? A diferencia de la antigua propaganda política, espcialmente an la dictaduras, la posverdad es una manetira cínica, pero "suave", que se presenta como verdadera o que pretende llegar a serlo cambiando las reglas del juego o la opinión pública ciudadana. La posverdad es destructora de la auténtica democracia: actúa contra la igualdad, las reglas del juego, el valor de la palabra y la confianza cívica mutua. Tras presentar esta problemática y analizar su orígen, el artículo propone un compromiso activo contra el cinismo y la injusticia encerrados en la posverdad. Hay que desenmascarar esta arma de destrucción masiva de la democracia y también hay que anticiparse con prácticas de protección. La posverdad destruye o inhabilita la democracia: son incompatibles.
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