Susana Díaz ha convocado elecciones porque Andalucía necesita “estabilidad”. Y el bloque independentista acaba de oficiar su divorcio en el Parlament replanteando el adelanto de unas catalanas donde Quim Torra esperaba rentabilizar el juicio al procés. Con ambos procesos se daba esta semana el pistoletazo de salida a un ciclo electoral repleto de citas anunciadas y otras por llegar; hay que sumar las europeas, municipales y autonómicas de la primavera de 2019 y unas generales que no dejan de tomar forma. Porque los aspirantes a la Junta tienen el doble reto de marcar el camino de los líderes nacionales y porque éstos manejan sus estrategias en Cataluña con la vista puesta en el resto de España.
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