“No ha llegado la paz, ha llegado la victoria”, decía el personaje de Agustín González en el montaje de ‘Las bicicletas son para el verano’ que José Carlos Plaza estrenó a principios de los 80 y que fue considerado como una obra maestra. Cuando entonces, José Carlos Plaza tenía apariencia de adolescente aplicadísimo. Ahora, a aquel adolescente se le ha puesto el pelo blanco. Pero ha logrado un permanente éxito profesional y vive rodeado de paz en su piso soleado y lleno de libros próximo a la Glorieta de Quevedo de Madrid. Dirige ‘La historia del zoo’, una función desgarradora, afilada y deslumbrante que se representa en el teatro Lara hasta final de septiembre. Y ese mes inaugurará la temporada de la Compañía Nacional de Teatro Clásico con una versión del ‘Auto de los Reyes Magos’, que por un momento iluminan un campo de refugiados.
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