Once y media de la noche del 21 de mayo de 2017. Con el apoyo de más del 80% de los militantes, Pedro Sánchez “El Renacido” subía a la tribuna para celebrar su triunfo en las primarias del PSOE. Contra todo pronóstico, el rebelde del socialismo le había ganado la partida al aparato, abriendo una nueva página en blanco. Doce meses después, el balance del renacido se presenta salpicado de luces y sombras. Con las encuestas en contra, el partido y su líder –según algunos– desaparecidos del mapa, Sánchez afronta, en su segunda vida, una nueva batalla: dar con el relato y la estrategia que permita al PSOE sobrevivir al auge de una nueva derecha, a la crisis territorial y a la falta de sintonía con los rivales de la izquierda. Todo ello, prolongando en lo posible la frágil e inestable tregua interna, con barones –incluida Susana Díaz– y muchos históricos aún al acecho.
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