ResumenLa investigación sobre la maleabilidad de la memoria humana ha mostrado cómo podemos incorporar información errónea dadas ciertas condiciones sociales. Esta línea de investigación ha llevado a psicólogos cognitivos a centrarse en los errores de la memoria y la desinformación que puede ser causados por contagio social. Basado en el mismo efecto de contagio social, estudios recientes se han centrado en las características potencialmente adaptables de la memoria. Dicha adaptabilidad nos facilita desarollar la confianza en los miembros de los grupos sociales a los que pertenecemos. Esto nos permite promover la cooperación creando las condiciones para la formación y mantenimiento de ‘comunidades de memoria’, que son la base para la construcción y la transmisión de memoria colectivas.Si por un momento nos distanciamos de los actuales debates filosóficos acerca de si los grupos pueden tener una mente, y por lo tanto ellos mismos pueden formar memorias colectivas, ésta puede ser definida como memorias individuales compartidas en una comunidad, que le confieren identidad a la comunidad. Las memorias colectivas pueden pertenecer a un proyecto identitario que los miembros de grupos sociales emplean para conservar su historia y mantener cohesión. El objetivo de nuestro artículo es investigar cuáles son los factores sociales y cognitivos que promueven la formación de memorias colectivas en interacciones sociales. Para esto discutimos numerosos estudios en psicología social, cultural y cognitiva que se han centrado en encontrar y explicar los beneficios y costos de formar memorias colectivas. La evidencia empírica sugiere que la adaptabilidad de la memoria humana, y en consecuencia la capacidad que grupos sociales tienen para formar memorias colectivas sobre las cuales basar sus identidades sociales parece ser bastante independiente de la veracidad y precisión de tales recuerdos.
Research on the malleability of human memory has shown how we can incorporate misinformation under certain social and cognitive conditions. This line of inquiry has led cognitive psychologists to focus on memory errors and misinformation effects caused by social contagion. Based on the same social contagion effect, recent studies have focused on its potentially adaptive features, as a trust-based mode for promoting cultural learning and cooperation among in-group members and enabling the formation and maintenance of mnemonic communities, which are the basis for the emergence, formation and transmission of collective memories. We may consider that collective memories can be operationalized as individual memories shared across a community that bear on the community’s identity. These collective memories may belong to an identity project that members of groups often use to preserve an established group history and maintain group cohesion. The aim of this article is to investigate which are the social and cognitive resources that promote the formation of collective memories in social interactions. In order to do so, we discuss several studies in social, cultural and cognitive psychology that have focused on studying the benefits and costs of having collective memories. The empirical evidence suggests that the adaptability of human memory, and therefore, the ability of social groups to create collective memories upon which to base their collective identities, seems to be quite independent of the veracity and accuracy of such memories.
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