Desde que Albert Rivera decidiera disputarle las banderas conservadoras a Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno ha sido incapaz de ofrecer resistencia. El último CIS apenas ha podido mantener a flote al PP, que conserva la primera posición en estimación de voto pero registra un mínimo histórico, y confirma una tendencia que provoca pánico en las filas populares, la de la pérdida progresiva de su base electoral en favor de Ciudadanos. Por primera vez desde la Transición, los votantes tienen dónde elegir y vaticinan un inevitable divorcio en la derecha. En qué términos se resuelva determinará a quién beneficia más el reparto de bienes.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados