El debate en geografía ha ido cambiando de carácter a través del tiempo: unas veces, aunque no se podría decir que tales temas ya no sean causa de controversia, fue el interés por encontrar un objeto de estudio, otras por encontrar el punto de vista propio de la geografía, y otras por hacer la práctica de la geografía. En unas y otras ocasiones el discurso geográfico erró, no en términos de la información y la utilidad, sino de la filosofía, ya porque se «objetualizaron» los conceptos (esto es el espacio o el territorio como objetos de estudio...), o porque los mismos dieron paso a puntos de vista (de lo espacial o de lo territorial...), o porque en virtud de la transdisciplinariedad, los incipientes esfuerzos teóricos parecieron estar siendo desplazados por la práctica, bajo el argumento de la inexistencia de los límites entre las disciplinas. Por supuesto cada una de las escuelas filosóficas generó formas de explicación diferentes, aún a pesar de partir de un mismo concepto o tema, razones por las cuales el espacio tuvo diferentes significados ya en la geografía positivista, ya en la geografía marxista.
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