Durante el siglo XVIII los ilustrados achacaban que uno de los problemas fundamentales del retraso secular en nuestro país era motivado por la falta de instrucción en la población. Gaspar Melchor de Jovellanos, figura en la corriente del regalismo ilustrado, mantiene contactos con el pensamiento innovador de Europa, y hace de la educación el objetivo privilegiado de sus preocupaciones. Los constituyentes de las Cortes de Cádiz toman, como base de la gran reforma que ellos emprenden, las ideas jovellanistas. Las ideas fundamentales están basadas en: Educación pública y gratuita en todos los pueblos del reino, crítica a los sistemas educativos y la incorporación a la instrucción de la mujer.
Otro de los aspectos fundamentales de esta constitución es la incorporación de una: Educación cívica, formación técnica y valores constitucionales, algo que hoy está de actualidad en los planes educativos.
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