Tal vez sea en los límites de un espacio donde anide toda la intensidad de la arquitectura. El umbral, la frontera entre el dentro y el fuera son los elementos que con mayor precisión cualifican un ámbito; le confieren gran parte de sus características. El mecanismo de acceso a un templo, ya sea en Karnak o en una ermita románica, adjetiva a esas arquitecturas del mismo modo que la mirada desde el interior al exterior adquiere cualidades diversas en función de las características del elemento a través del que se practique esa mirada. El terreno, el suelo, el plano horizontal cabe entenderlo, además de como el ámbito principal de la presencia de la arquitectura o de la construcción del horizonte, como el límite entre el cielo y la tierra. Y es en torno a él dónde nace la arquitectura; tanto hacia arriba como hacia abajo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados