A partir de una propuesta de Komar y Melamid, People’s Choice, este artículo desarrolla un paralelismo entre la posición de las personas ante el tema del gusto en el mundo del arte, en el que la afirmación de que la obra de arte es una mercancía fetiche hace mucho tiempo que está aceptada, y la posición de esas mismas personas en unas democracias supuestamente “desideologizadas”; tan supuestamente que al final pueden ser el lugar en el que el engaño y la promesa se dan cita.
Taking People’s Choice, an artistic proposal by Komar and Melamid, as a departure point this article develops a parallelism between the position of people on the subject of taste in the world of art, accepting that art work is a fetish merchandise, and the position of those same people in democracies, supposedly without ideology; so much so, creating a place where deception and promise can finally come together.
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