La postmodernidad no cree en el poder de la razón pura capaz de emancipar a los individuos. La multiplicidad de las nuevas fuentes de información no permite ya la aceptación de puntos de vista centrales emanados por los centros tradicionales de poder. Este "nuevo" mundo plural de la Comunicación requiere de un hombre crítico capaz de enfrentar el "nuevo sentido de la realidad". Ya no existe uuna realidad, ni una verdad y esto supone la formulación y la práctica de una nueva ética de la comunicación tanto para los emisores cómo para los receptores de los mensajes.
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