Al contrario de lo que afirman los rumores, la guerra de Troya, cuyo origen se encuentra en una elección estética, no deja de tener lugar. Puesto que si el arte se convierte en objeto de violentas codicias, la belleza, cuyo propio concepto sería cada vez más objetable tanto desde el punto de vista intelectual como político, sigue encontrándose en el centro de todos los desafíos. Pero, ¿qué es la belleza? ¿Cómo comprenderla?
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