La vinculación que se establece entre el marquesado de Priego y el convento de Santa Clara de Montilla queda reflejada, entre otras facetas, en la relevancia que adquirieron algunas de sus religiosas, las cuales pertenecieron o fueron cercanas a esta familia nobiliaria. Es el caso de sor Ana de la Cruz Ribera, sobrina de los V marqueses de Priego, cuya vida en religión destacó por su extraordinaria observancia y misticismo. Su devoción a la Pasión de Cristo quedó ejemplificada en una imagen de crucificado que le donó su hermano fray Payo Afán de Ribera, de la orden de San Agustín. En recuerdo a su santidad se construyó una capilla en la clausura del convento de las clarisas de Montilla, cuyo estudio artístico se expone en este trabajo.
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