El habitus identifica el carácter interno y motivado de la acción, de la que se dice que lleva la impronta de la estructura social, pero que al mismo tiempo es activamente creativa. En tanto “principio generativo de improvisaciones reguladas”, el habitus”reactiva el sentido objetivado en las instituciones”. “rescatándolas continuamente del estado de letra muerta” e “imponiendo las revisiones y transformaciones que la reactivación acarrea” (Bourdieu, 1990a: 57). Una vez más, Bourdieu parece estar sugiriendo que al esfuerzo humano, en forma de motivación estructurada afectiva y cognitivamente, se le debe asignar un nuevo y más poderoso papel teórico.
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