El año de 1870 supuso el culmen de la unificación italiana con la anexión de Roma al joven Estado. Su proclamación como capital de Italia y el traslado del Gobierno a dicha ciudad conllevó la puesta en marcha de todo un mecanismo político para intentar inculcar en la sociedad una nueva identidad cultural, un nacionalismo ahora italiano. Para ello, el Estado se sirvió del arte, de la arqueología y de los nuevos museos creados en territorio nacional, encontrando en los vestigios de la Antigüedad el justificante necesario para demostrar que sí existe un pasado común. Asimismo, los museos nacionales de arqueología tuvieron en estos años su auge, coincidiendo con una planificación museística para dar acogida a los abundantes restos arqueológicos. El estudio de los museos de época post-unitaria demuestra el marcado papel que desarrollaron como herramientas transmisoras de un discurso creado ex profeso centrado en la identidad nacional.
The year 1870 was the peak of the Italian unification with the annexation of Rome to the new State. Its declaration as the capital of Italy and the transfer of the government to Rome itself, entailed the launch of the whole political mecanism, which aimed at trying to instil a new cultural identity in the society, Italian nationalism. For this, the State made use of Art, Archaeology and new museums built in national territory, finding in the ancient remains the necessary support to demostrate that there is a common past. Likewise, in those years, the National Archaeology museums reached their peak, coinciding with a museum planification to accomodate the substantial archaeological remains. The study of post-unit age museums shows the important role that they devolp as transmission tools of a discourse created on purpose focused on the national identity.
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