Todos los franceses somos hijos del Mayo del 68, por el simple hecho de ser seres históricos. Pero ya sabemos que los hijos no eligen a sus padres, ni son siempre leales a su legado; y cuando lo evocan, lo hacen en un mundo que es muy distinto al que alumbró el acontecimiento. Existen también quiénes reniegan del legado, y los que lo reinventan, sin preocuparse en absoluto por conocer su contenido histórico. Es por ello que debemos tener en mente que cuando hablamos del Mayo del 68, no todos hablamos de lo mismo
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