A pesar del reciente proceso de universalización de la política social, el clientelismo no ha desaparecido completamente. Este artículo señala que en los planes de alcance limitado distribuidos por punteros, como por ejemplo el Argentina Trabaja, se produce una distorsión que ha sido relativamente ignorada. Los hogares que tienen comparativamente menor cantidad de personas en edad de votar tienden a ser excluidos por los punteros, simplemente porque es electoralmente más rentable otorgarle el plan a hogares con más miembros con derecho a voto.
Despite the recent process of universalization of social policy, clientelism has not disappeared. This paper argues that, when social programs have excess demand and are distributed by brokers, such as Argentina Trabaja, it usually occurs a distortion in the allocation of benefits. Brokers tend to exclude households with fewer members of voting age, simply because it is electorally more profitable to target households with more voting members.
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