Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


Sobre la crisis del orden liberal

  • Autores: Mariano Aguirre Ernst
  • Localización: Política exterior, ISSN 0213-6856, Vol. 32, Nº 184, 2018, págs. 136-142
  • Idioma: español
  • Enlaces
  • Resumen
    • Se acabó la certeza de que el mundo avanza hacia la democracia. El conservadurismo autoritario se proyecta en el sistema internacional y cuestiona sus instituciones.

      Los signos de deterioro para la democracia y el orden liberal internacional se agravan. La deriva autoritaria genera relaciones internacionales menos estables y más peligrosas. Se acabó la certeza de que todos los países del mundo avanzan hacia la democracia, y crecen los temores sobre enfrentamientos económicos, comerciales y hasta violentos.

      No se admiten excepciones. La presidencia de Donald Trump, el Brexit, el ascenso (por vía electoral) de partidos xenófobos, antidemocráticos y contrarios a la Unión Europea en Francia, Italia, Alemania y otros países, unidos al recorte de libertades en Polonia, Hungría e Israel. Xi Jinping presidente de China de por vida. Vladímir Putin inaugura su cuarto mandato reprimiendo a la oposición, uniéndose al autoritarismo de los gobiernos turco, egipcio y filipino. Entre tanto, aumenta la influencia de partidos políticos con base evangélica antimodernizadora en América Latina.

      El conservadurismo autoritario se proyecta en las relaciones exteriores: el sistema internacional es poco cooperativo y sus instituciones están en cuestión. En 2017, el Foro Económico Mundial anunció que el orden liberal era “desafiado por una serie de fuerzas, desde gobiernos autoritarios hasta movimientos fundamentalistas antiliberales”.

      Acuerdos que llevaron décadas de negociación corren peligro, como la Asociación Transpacífica (TPP, en inglés), que intenta sobrevivir tras la retirada de Trump nada más asumir la presidencia de EEUU, y el acuerdo de libre comercio entre Canadá, Estados Unidos y México (NAFTA, en inglés), cuya renegociación no avanza. Trump también se retiró en 2017 del Acuerdo de París sobre Cambio Climático. Los últimos movimientos han sido la salida de EEUU del acuerdo nuclear con Irán y el abandonó el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

      En sentido contrario Se suponía que después de la caída de la Unión Soviética y el giro definitivo de China hacia el capitalismo global, el liberalismo económico generaría liberalismo político, y el mundo funcionaría en paz alrededor del mercado. Habría inconvenientes con los Estados denominados “frágiles” o “parias”, pero con fuerza, cooperación y tiempo se les integraría en un destino común. La invasión de Irak en 2003 estuvo guiada por este subtexto neoconservador.

      Pero los que eran Estados frágiles hace 18 años ahora están peor, y se han sumado otros a la lista, como Mauritania, Yemen y Siria. Al mismo tiempo, Rusia y China organizan sus propias zonas comerciales y cortejan a Europa. El presidente de EEUU ataca a las asociaciones de libre comercio, y aumenta los gravámenes sobre importaciones de China, la UE y otros países. China responde aplaudiendo la Alianza del Pacífico y el Acuerdo de París. Y Rusia ofrece a Europa oportunidades de negocios y acuerdos energéticos. El consenso multilateral es sustituido por la multipolaridad y alianzas flexibles e imprevisibles.

      “Se supone que la historia no debería ir en esta dirección”, sentenció The New York Times en marzo. Seguramente. Pero el mismo Foro de Davos que tanto se lamentaba en 2017 por la deriva antiliberal, en 2018 celebró la reforma fiscal de Trump, que redujo drásticamente el impuesto que pagan las grandes empresas y que volverá más pobre a la clase media. Esto agudizará la desigualdad y la crisis interna de EEUU, algo que impactará sobre las economías nacionales de quienes aplaudieron en Davos.


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus

Opciones de compartir

Opciones de entorno