Ofrecer la propia casa, invitar a la mesa, saludar con especial respeto y cortesía, otorgar determinado tratamiento de manera espontánea en las relaciones sociales de los españoles, más allá de las pautas del mundo oficial, han sido constantes de la buena educación y la cortesía, comúnmente conocida como “urbanidad”. Uno de los más tempranos estudiosos de este fenómeno fue el profesor Américo Castro, quien halló en la prolongada estancia árabe en España el rastro y el origen de determinados formulismos sociales, instalados en el común de la población, y particularmente arraigada en el ámbito rural.
Muchos de esos tratamientos y fórmulas de cortesía, lamentablemente abandonados en España persisten en Portugal y lo que Bolívar llamara la América antes española, donde todavía se usan expresiones como “Inclito” o “Prohombre”, “Perínclito”, “Ciudadano Mayor” u “Hombre honrado” (hoy al parecer escaso en determinados espacios) para calificar a un personajes especialmente reconocido por sus obras y hechos por la sociedad. En España sonaría raro lo que es común en Hispanoamérica, donde es común anteponer al nombre la condición profesional, especialmente en determinadas profesiones o rango.
Esta ponencia hay un recorrido histórico de la mano de los más autorizados “prohombres” que se han ocupado este fenómeno, para concluir con la esperanza de que al recuperar el conocimiento de este patrimonio volvamos, en la medida de lo posible a introducir su uso.
To offer one's own house, to invite the table, to salute with special respect and courtesy, to grant a certain treatment spontaneously in the social relations of the Spaniards, beyond the guidelines of the official world, have been constants of good education and courtesy, Commonly known as "urbanity". One of the earliest scholars of this phenomenon was Professor Américo Castro, who found in the prolonged Arab stay in Spain the trail and the origin of certain social forms, installed in the common of the population, and particularly rooted in the rural area.
Many of those treatments and formulas of courtesy, unfortunately abandoned in Spain persist in Portugal and what Bolivar called the former Spanish America, where expressions such as "I am" or "Prohombre", "Perinclito", "Ciudadano Mayor" or " Honored man "(today apparently scarce in certain spaces) to qualify a personage especially recognized for his works and made by society. In Spain it would sound strange what is common in Spanish America, where it is common to put the name of professional status, especially in certain professions or rank.
This paper is a historical tour of the hand of the most authoritative "prohombres" that have dealt with this phenomenon, to conclude with the hope that when recovering the knowledge of this heritage we return, as far as possible to introduce its use.
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