Los topónimos autóctonos ocupan un lugar especial entre los aportes nativos al castellano de América. A diferencia de los sustantivos comunes de origen similar, estos vocablos no conocen limitaciones geográficas ni sociales y son usados por los hablantes en todas las regiones y clases sociales. Incluso, retienen su validez aun cuando los idiomas originales han sido totalmente desplazados por las lenguas dominantes. Se estudian los topónimos en un área comprendida entre aproximadamente los 42 y 55* Sur a fin de determinar qué lenguas han dejado huellas. El sustrato incluye contribuciones de por lo menos cinco lenguas nativas. El superestrato muestra la influencia de tres idiomas europeos aparte del castellano. Los topónímos presentan una combinación especial de voces nativas y europeas, típica de la zona y muy diferente de otras regiones del país. Hay un buen ajuste entre datos toponímicos y zona geoclimática
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