En cuanto parte de la especie, en cuanto sustancia incompleta, el alma separada no es hipóstasis, pero el ser con el que funda la persona le pertenece en propiedad y, en este sentido, conserva la índole personal. Por otra parte, aun separada, el alma sigue esencialmente vinculada como forma a su propia materia, conservando la virtud formativa. Por ambas razones podemos decir –desde la Antropología metafísica– que el alma separada goza de una tendencia natural –si bien como desiderium conditionatum– a la reunión con su cuerpo, demandando por naturaleza lo que le falta para reconstituirse en persona, algo por lo demás necesario para garantizar en su justo orden la inmortalidad misma del alma.
As part of the species, as an incomplete substance, the separate soul is not hypostasis, but the being on which the person is based belongs to it in property and, in this sense, conserves a personal nature. On the other hand, even separated, the soul is still essentially linked as a form of its own material, keeping the formative virtue. For both reasons we can say– from the viewpoint of Metaphysical Anthropology– that the separate soul has a natural tendency– although as desiderium conditionatum– to reunite with its body, demanding by nature what it was missing to reconstruct in person, something else needed to guarantee in its right order the same immortality of the soul.
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