Una profesión integra a un conjunto de personas que ha recibido una formación específica, que realiza una actividad reconocible y reglamentada, para resolver un problema que tiene la sociedad o para garantizar a sus miembros un derecho reconocido, de una forma diferente al resto de las profesiones, y por la que percibe unos honorarios de acuerdo a la responsabilidad contraída. Dicha responsabilidad, su grado de dificultad, su complejidad, obliga a un nivel de formación coherente, para que los miembros de la sociedad queden tranquilos sabiendo que tienen profesionales del máximo nivel atendiendo la resolución de ese problema o garantizando el derecho a defender.
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