El reino de Hatti era una monarquía absoluta, y el soberano detentaba el poder político, militar religioso y jurídico. La Corona se transmitía, por lo general, de padre a hijo; se ha conservado un edicto del rey Telepinu en el que se establecen las normas de sucesión al trono y, en concreto, que debía ser coronado el hijo de la reina (primero en la línea sucesoria) y, en caso de ausencia de hijo varón, el hijo de una de las concubinas del rey (segundo en la línea sucesoria). Con estas palabras da comienzo este artículo en el que se sintetizan las características principales de la sociedad e instituciones hititas.
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