Iñaki García de Gurtubay Gálligo, Gonzalo Morales Blánquez, Jaime Gallego Culleré, E. Martín Ponce, E. Maraví Aznar
Introducción. El interferón beta-1b modifica la historia natural de las formas remitentes-recurrentes de esclerosis múltiple. Se analizó su eficacia, tolerancia y efectos adversos en pacientes que llevan más de un año de tratamiento.Material y métodos. Se estudiaron 16 pacientes (10 mujeres, 6 hombres) con edades entre 19 y 51 años, escala de discapacidad (EDSS) 2,61±1,07 y una tasa anual de brotes antes del tratamiento de 1,65±0,25, que recibieron 4MUI/48h/sc de interferón beta-1b x 15 días, continuando después con 8MUI/48h/sc. Se asociaron corticoides en cuatro casos. Se realizaron controles bioquímicos y evaluaciones neurológicas seriadas así como vigilancia de efectos secundarios clínicos y analíticos. Resultados. La tasa anual de brotes fue de 0,68±0,29. Entre los efectos adversos más frecuentes destacaron el síndrome pseudogripal (87%), con duración media de 10,46±1,4 semanas, bien tolerado con paracetamol. Las reacciones locales (87%), fueron leves y no relacionadas con la zona de inyección. Los pacientes experimentaron sensación de fatiga tras la inyección en el 50% de los casos, aunque sólo en uno alcanzó una intensidad moderada. Se objetivaron alteraciones analíticas en el 43,7%, siempre dentro de los márgenes de grado 1 de la escala de toxicidad clínica. En un paciente se registró un cuadro depresivo agudo, durante el cual se interrumpió el tratamiento, reiniciándose después a la mitad la dosis de mantenimiento. Conclusiones. En nuestra serie, al igual que en otros estudios, el síndrome pseudogripal y las reacciones locales son los efectos secundarios más frecuentes. Ambas complicaciones son leves, de breve duración y bien toleradas por los pacientes.
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