Roberto Manzano Antón, Diana Gavilán Bouzas
Son dos sentidos con características únicas: implican un contacto directo con el producto, sin ningún tipo de intermediario; requieren la participación activa del consumidor y generan, normalmente, una experiencia multisensorial, al combinarse casi sin excepción con otros sentidos que les sirven de apoyo y los complementan. Sin embargo, el tacto y el gusto están considerados como los grandes “olvidados” en la gestión de los sentidos en el punto de venta para la generación de una experiencia sensorial única para el comprador. ¿Por qué es así y cuáles son, realmente, los puntos fuertes de ambos sentidos?
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