Mirarse al espejo y pensar que algo de usted pudiera cambiar es la fase inicial de desear un cuerpo perfecto. La insatisfacción que se siente al ver la imagen proyectada algunas veces conduce a tomar la decisión de rehacerse a sí mismo y, con ella, aparecen dos alternativas: la cirugía plástica y los tratamientos estéticos. En Venezuela, la fascinación por los cambios drásticos y rápidos que ofrecen el bisturí y las inyecciones crece vertiginosamente, al igual que las complicaciones médicas derivadas de estos procedimientos. Tomando en consideración este último planteamiento, tres especialistas dieron sus opiniones desde la óptica de la Cirugía Plástica y la Infectología, con la intención de orientar a quienes anhelan verse mejor y en lugar de eso, consiguen daños, dolor e incomodidades.
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