Juan Antonio Oliet Palá, Eduardo Robredo García, José M. Salazar Navarro, Rafael Villar Montero
Se aplicaron tratamientos de fertilización tardía en encina consistentes en dos dosis de fertilizante NPK (20-20-20) (24 y 48 mg de N) durante dos épocas distintas (primera y segunda mitad de otoño), en un diseño factorial. A primeros de marzo de 2006 se plantaron en un terreno de la campiña cordobesa. La biomasa pre- trasplante no se vio afectada por la fertilización. Sin embargo, sí lo hizo el estado nutricional, aumentando significativamente la concentración de N y P en raíz y P en parte aérea, con una tendencia a incrementarse la concentración de P con la aplicación de fertilizante a primeros de otoño. El potencial de enraizamiento aumentó significativamente con la fertilización, y se encontró una correlación significativa y positiva entre el potencial de enraizamiento y la concentración de P en raíz. Una vez plantadas, las encinas no experimentaron diferencias significativas en altura o diámetro pre-estivales (junio), pero sí aumentó el área foliar y la biomasa aérea en los tratamientos fertilzados. Por tanto, existe un efecto positivo de la fertilización sobre el crecimiento postrasplante de la encina, que puede explicarse por un adelanto fenológico y un inicio más temprano de la apertura de yemas, así como por el incremento del potencial de formación de raíces.
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