Acaba de cumplirse un año desde que ETA mató su última victima y la tregua continúa. Jaime Mayor Oreja sabe valorar perfectamente la delgada línea que separa la paz del terror, y por eso se muestra cauto. Ha convertido la tenacidad en su mejor aliado. Afronta con esperanza el futuro de Euskadi y sigue siendo un hombre tranquilo.
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