Los cambios experimentados por la economía rusa desde la llegada de Vladímir Putin a la presidencia del país incluyen el desarrollo de un nuevo marco de relaciones con la Unión Europea. El interés de Rusia por incorporarse lo antes posible a la Organización Mundial del Comercio y la perspectiva de la ampliación de la UE al Este de Europa han contribuido a acelerar la aproximación de las dos áreas. En octubre de 2001 ambas partes se comprometieron a crear un espacio económico común y, en mayo de 2002, Rusia pasó a ser oficialmente considerada como una economía de mercado por la Unión Europea. El objetivo del artículo es presentar las claves de estos acuerdos a la luz de los rasgos que caracterizan las relaciones comerciales entre ambas partes.
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