La intención primordial de este trabajo es demostrar que el derecho a la información en las sociedades democráticas se convierte en el elemento que puede permitir el equilibrio entre las esferas de lo político, lo civil y de los medios, por lo que allana el terreno hacia un Estado plural, y en ello el bibliotecólogo tiene una injerencia preponderante. Además, se establece que la información, como una necesidad básica legítima, fortalece el desarrollo de una ciudadanía participativa y la toma de decisiones, lo que se traduce en un mejor ejercicio de la autodeterminación y la autonomía, lo que contribuye en autocomprensión y construcción de la identidad personal y colectiva. El artículo se basa en la teoría de justicia social de John Rawls y el pluralismo cultural de León Olivé y Luis Villoro.
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