Nuestra sociedad ubica a la mujer en la familia y utiliza a la familia, a su vez, para reproducir y mantener el sistema. Allí la mujer tiene como responsabilidades fundamentales: reponer las fuerzas del trabajador, con la multiplicidad de tareas que esto conlleva, dar hijos que se constituyan a su vez en fuerza de trabajo activa y útil en un futuro próximo, mantener y transmitir el "orden", o sea la sumisión, a esa forma concreta de comprender la vida y aceptarla como única posibilidad. A la mujer del compo no se reconocen tampoco las múltiples tareas que realiza para sostener la economía familiar, quehacer que, en muchos casos, trasciende el ámbito de las labores hogareñas.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados