Este artículo muestra que la justifcación del enfoque médico dominante, de que su actividad es científca porque parte de la evidencia de las pruebas, en muchos casos observacionales, es un acto de fe, que resulta completamente anacrónico en comparación con los debates científcos contemporáneos.
This article demonstrates that the justifcation of the dominant medical focus, stating its activities are scientifc because they require the evidence of proof, that is in many cases observational, is an act of faith that is ultimately completely anachronistic in comparison to the contemporary scientifc debates.
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