Aguilas que danzan al compás de una coreografía impecable. Un paseo por una ciudad inventada. La piel y los músculos del pecho de una joven al alcance de la mano. Son los mundos virtuales presentados en Imagina 90, el salón dedicado a la imagen de síntesis que -desde Montecarlo- lleva ya nueve años abriendo los ojos del público a la capacidad de simulación que posee ese nuevo seductor visual llamado ordenador. A mediados de febrero, el certamen desplegó un muestrario de fantasías destinadas a demostrar que las pantallas de cine y televisión son decididamente chatas y limitadas en comparación con los nuevos universos de la informática. Estados Unidos y Francia se convirtieron en los dos grandes maestros de este desfile de fantasías ópticas.
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