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Resumen de Edición genética para el bien

Bill Gates

  • Utilizadas de forma responsable, tecnologías de edición genética como el CRISPR pueden salvar millones de vidas. Sus beneficios, así como la decisión de aplicarlas, no deben quedar reservados a los habitantes de países desarrollados.

    Más gente que nunca antes en la historia vive hoy una vida sana y productiva. Esta buena noticia puede sorprender, pero son muchas las pruebas que lo demuestran. Por ejemplo, desde principios de la década de 1990, la mortalidad infantil global se ha reducido a la mitad. Se ha producido una disminución espectacular en los casos de tuberculosis, malaria y sida. La incidencia de la polio se ha reducido en un 99%, lo que nos acerca a la erradicación de esa grave enfermedad infecciosa, logro que la humanidad solo ha alcanzado en una ocasión, con la viruela. El porcentaje de población que vive en la pobreza extrema -es decir, con menos de 1,9 dólares al día, según la definición del Banco Mundial- ha caído del 35% al 11%.

    Sin embargo, el progreso continuado no es algo inevitable per se. En el mundo sigue produciéndose un enorme sufrimiento e inequidad. Para finales de 2018, habrán muerto cinco millones de niños menores de cinco años, la mayor parte en países pobres y por causas evitables. Otros cientos de millones de menores seguirán sufriendo innecesariamente malnutrición y enfermedades que podrían causarles discapacidades físicas y cognitivas de por vida. Más de 750 millones de personas, en su mayoría familias rurales, dedicadas a la agricultura y la ganadería en países de África subsahariana y sur de Asia, siguen viviendo en la pobreza extrema, según estimaciones del Banco Mundial. Además, a mujeres y niñas se les sigue negando cualquier oportunidad económica.

    Parte de este sufrimiento podría aliviarse si continuamos financiando programas de ayuda al desarrollo y convenios multilaterales de eficacia probada. Estos esfuerzos ayudarán, sin duda, a seguir progresando, especialmente conforme se vaya optimizando el uso de datos a la hora de adjudicar recursos de manera más eficiente. En última instancia, sin embargo, la erradicación de las enfermedades y de las causas más pertinaces de la pobreza exigen descubrimientos científicos e innovación tecnológica.

    Uno de estos descubrimientos e innovaciones atañe a las repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas (en inglés, clustered regularly interspaced short palindromic repeats, CRISPR). A lo largo de la próxima década, la edición genética podría ayudar a la humanidad a superar algunos de los mayores y más enconados problemas de desarrollo y de salud global. La tecnología facilita enormemente a los científicos la tarea de descubrir mejores herramientas de diagnóstico y tratamiento para luchar contra enfermedades que todos los años siguen matando o produciendo discapacidad a millones de personas, fundamentalmente sin recursos. Además, la tecnología está agilizando investigaciones que podrían ayudar a acabar con la pobreza extrema, al permitir a millones de pequeños agricultores y ganaderos del mundo en desarrollo criar animales y cultivar productos agrícolas más productivos, nutritivos y resistentes. Las nuevas tecnologías a menudo son recibidas con escepticismo. Sin embargo, si queremos dar continuidad a los notables avances de las últimas décadas, es fundamental que los científicos, sometiéndose en todo momento a normas éticas y de seguridad, continúen sacando partido de herramientas tan prometedoras como el CRISPR.

    Dar de comer al mundo A principios de este año viajé a Escocia, donde me reuní con los extraordinarios científicos del Centro de Salud y Genética para el Ganado Tropical de la Universidad de Edimburgo, quienes me mostraron los avanzados estudios genéticos que están llevando a cabo para ayudar a los profesionales del sector agrícola y ganadero en África a criar pollos y vacas más productivos. Según explicaron los científicos, las razas de vacas lecheras adaptadas al clima tropical producen habitualmente mucha menos leche que, por ejemplo, la raza Holstein o frisona, que tiene un escaso rendimiento en lugares calurosos pero es extremadamente productiva en climas más moderados, gracias en parte a la selección llevada a cabo por generaciones de criadores y a las mutaciones genéticas ocurridas de forma natural. Los científicos que trabajan en Escocia colaboran con colegas en Etiopía, Kenia, Nigeria, Tanzania y Estados Unidos para investigar las posibilidades de la edición genética en razas tropicales de ganado. El objetivo es dar a estas razas los rasgos genéticos que hacen tan productivas a la vaca holstein, lo que podría aumentar la producción proteica y láctea de las razas tropicales en un 50%. A la inversa, los científicos se plantean editar la genética de la raza holstein para crear una subraza de pelaje corto y brillante que aumente su tolerancia al calor.


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