Sevilla es mundialmente conocida por aplicar una exitosa política de fomento de la bicicleta como medio de transporte urbano. La ciudad llegó a un reparto modal mecanizado del 9% (casi el 6% si se tienen en cuenta a los peatones). Este hecho ha servido de modelo a muchas ciudades que querían implantar medidas de fomento de la movilidad en bicicleta pero que no se veían reflejadas en los típicos casos de Amsterdam o Copenhague.
Dichas políticas, sin embargo, se vieron frenadas en el año 2011.
Tras un periodo de inactividad en este sentido, el Ayuntamiento por fin decidió impulsar la redacción de un nuevo “Programa de la Bicicleta Sevilla 2020”, en el que se contiene un impulso decidido y renovado a la bicicleta y cuyo objetivo es incrementar el reparto modal mecanizado al 15%, lo que supondría casi duplicar el nivel de movilidad ciclista actual hasta los 115.000 viajes diarios.
Este Programa se fundamenta en el incremento de la calidad de la infraestructura actualmente existente, sobre todo de los tramos o intersecciones que hoy soportan mayores niveles de tráfico, en el desarrollo de una política integral de aparcamientos, la posibilitación de la intermodalidad entre la bicicleta y el transporte público y la puesta en marcha de programas sectoriales de fomento, lo que aseguraría una acción transversal por parte de Consistorio.
Pero lo más interesante es que inaugura la política municipal hacia un cambio de paradigma en la movilidad urbana, integrando en ella a la bicicleta como un miembro de pleno derecho
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