El principio de autofinanciación, que tiene diversos significados según el campo de aplicación y el interés de su uso, se ha aplicado a los grandes proyectos urbanos en España que implican actuaciones infraestructurales en el ferrocarril, en la idea de que los extensos paquetes de suelo ferroviario liberado de su uso podrían generar unas plusvalías inmobiliarias que soportarían el coste de toda la operación global, ferroviaria y urbanística.
Sin embargo, no sólo el principio de autofinanciación en este tipo de proyectos públicos es inconveniente e incluso malicioso, sino que además la crisis -económica, financiera e inmobiliaria- está suponiendo una dificultad extraordinaria a las “sociedades de integración ferroviaria” que se han creado a lo largo del actual siglo, destapando un planteamiento equivocado y manipulador del papel del planeamiento urbano.
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