El uso simbólico de alguna lengua; en muchas ocasiones; sólo sirve a la buena conciencia de los interactantes pero muy poco sirve al mantenimiento de la misma; cuando su uso se está convirtiendo en un ritual. El mantenimiento de una lengua minoritaria no puede estar basado en el uso fuertemente ritualizado. También requiere de cierto grado de vitalidad la cual depende del uso creativo; y de la inclusión de lo novedoso. Presentaremos un esbozo tentativo para determinar el uso ritual y cotidiano de una lengua. Existen diferentes niveles en el continuo del lenguaje ritual y del lenguaje cotidiano en los cuales puden aparecer tendencias distintas. Suponemos para que una comunidad de habla no sea absorbida por otra comunidad mayor se requiere determinada vitalidad en el uso de su lengua minoritaria. La vitalidad implica alguna tendencia hacia el lenguaje ritual pero también la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas.
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